El 6 de enero de 1817, el guerrillero Manuel Rodríguez se toma Melipilla en un impresionante asalto con huasos, rotos y campesinos de diversa índole, al grito de ¡VIVA LA PATRIA Y MUERAN LOS GODOS!
Fueron ochenta los insurgentes; unos a pie, otros a caballo y con las más diversas e insólitas armas de guerra: un par de pistolas, un par de sables, cuchillos, herramientas de labranza, palos, picanas, lazos, sacos con piedras que arrastraron para levantar polvaredas y meter ruido. Sus voces a todo pulmón, Rodríguez en un buen pingo, bien ataviado, con armas al cinto y la espada en la mano, lanza su proclama de libertad; ordena apresar a Julián de Yécora, el subdelegado español, y se toma el edificio del Estado y Tesorería Real, ubicado en la esquina de Silva Chávez con Merced.
En 1902, mes de octubre, con el fin de entrevistar a varios ancianos que fueron compañeros del montonero Manuel Rodríguez, llegó a la ciudad de Melipilla don Enrique Blanchard Chessi, escritor y periodista, quien recopiló datos para la historia sobre el patriota.